Ritmo de crecimiento de China preocupa a los inversores globales

La persistente debilidad de la demanda mundial se convirtió en una de las principales razones por la cual las exportaciones e importaciones de China cayeron en septiembre, una vez más, lo que indica la debilidad persistente de la segunda mayor economía del mundo.

A pesar de la disminución de las exportaciones resultó menos de lo esperado por muchos economistas, las expectativas son de que las cifras del PIB chino para el tercer trimestre probablemente estarán por debajo del pronóstico anterior de unn 7%, lo que no es nada alentador.

En caso de que el pronóstico se convierta en una realidad, esta sería la cifra más baja desde que la tendencia alcanzó la marca de 11.9 en abril de 2010. Desde entonces, sin embargo, hemos podido ver que el ritmo de crecimiento de China está en constante declive. 

Según el comunicado de la Administración General China de Aduanas, las importaciones del país declinaron a más del 20% en comparación con el mismo período del año anterior. Esto siguió a la caída correspondiente de 13,8% en agosto. Al mismo tiempo, las exportaciones chinas cayeron un 3,7% en el mes anterior, tras la mayor caída del 5,5% en agosto. 

La balanza comercial del país, sin embargo, llegó exceder significativamente la cifra prevista de 46,9 mil millones y alcanzó un superavit de 60,3 mil millones el día de ayer , algo que dio un  poco de esperanza a los participantes del mercado. 

La demanda mundial para los productos de China se está convirtiendo en uno de los mayores obstáculos para el crecimiento persistente del país, lo que significa que la desaceleración de la economía probablemente continuará en el futuro. El FMI ha rebajado recientemente la estimación de crecimiento de China hasta el 3,1% en 2015 respecto al pronóstico de 3,3% que se dio a conocer antes del colapso del mercado de valores chinos.

Parece que el entusiasmo por el milagro económico chino se está diluyendo.

Después de la caída de los mercados en China de más de 35% en total, la pregunta que muchos de los expertos se hacen es si la recesión económica de China puede conducir a la recesión mundial? Bueno, la respuesta probablemente sea afirmativa, ya que el resto del mundo depende en gran medida de la economía china.

La salud económica de China es de vital importancia para el resto del mundo, ya que muchos países están basando sus economías en su éxito económico. El principal socio comercial de China es Brasil, y el pasado mes de agosto confirmó oficialmente la recesión nacional, ya que la demanda de China por el mineral de hierro, petróleo, carne y azúcar ha disminuido dramáticamente. Otros socios de China como Australia y Japón también están sintiendo el efecto negativo en sus economías. Una enorme cantidad de vehículos no vendidos en Japón y la primera recesión de Australia  en los últimos 24 años son las consecuencias inmediatas de esto.
El miedo a la crisis económica de China causó que el mayor índice de Estados Unidos, el Dow Jones, cayera más de 600 puntos solo en agosto, y los mercados de valores a nivel internacional han seguido la misma tendencia. Los mercados asiáticos fueron golpeados con especial dureza y sufrieron las mayores pérdidas durante ese período.

Para contrarrestar la negatividad, China devaluó su moneda en más de un 2%, para que las exportaciones sean más asequibles a sus socios comerciales, sin embargo, la situación no ha mejorado significativamente.
Además de la reciente recesión económica, China tiene varios problemas más. Una economía estancada, la reducción de la fuerza de trabajo con una población excesivamente envejecida. El crecimiento económico del país fue el más débil en los últimos 5 años con una baja confianza de los consumidores y deudas municipales que se mantienen peligrosamente altas.

Los datos económicos de las próximas semanas probablemente darán alguna luz adicional con respecto a la dirección de la economía mundial, por ahora sin embargo, el panorama no es tan brillante.